ARQUELOGÍA DE GÉNERO - EL ROL DE LAS MUJERES EN LA PREHISTORIA
Fuente: http://arqueoblog.com/arqueologia-de-genero/
Arqueología de Género: Las mujeres y la Prehistoria
Arqueología de Género: Las mujeres y la Prehistoria
¿Qué ocurre cuando indagamos sobre hombres y mujeres
prehistóricos? Una Arqueología de Género
La mujer
prehistórica No hay más que poner en Google “mujer prehistórica” y “hombre
prehistórico” para confirmar lo inconfirmable. Carteles de películas como
Mujeres Prehistóricas o Hace un millón de años muestran mujeres hermosas,
sensuales y ligeras de ropa. En las recreaciones de museos o publicaciones
aparecen como madres con sus hijos e hijas en actitud pasiva o de vez en
cuando, recolectando.
Sin
embargo, los hombres en este tipo de imágenes son fuertes y robustos y muy
activos, siempre haciendo algo útil para el grupo: cazando, transportando el
alimento o fabricando herramientas. Hasta tal punto, que un prestigioso
arqueólogo como fue Gordon Childe afirmaba lo siguiente:
“Probablemente
en los primeros momentos, el cultivo fue una actividad ocasional de las mujeres
mientras que sus señores estaban ocupados en el negocio realmente serio de la
caza”.
¿Realmente la Prehistoria fue como nos la cuentan o
son interpretaciones interesadas?
Muchas
veces, lo que conocemos o nos enseñan de la Prehistoria son visiones
estereotipadas que han servido para justificar en el presente la desigualdad
entre los sexos. Los hombres han ocupado el centro como protagonistas del
devenir histórico mientras que las mujeres han estado relegadas a un lugar
secundario en el mejor de los casos.
No
se les ha reconocido el papel que han jugado a lo largo de la Historia y mucho
menos en la Prehistoria, tan alejada de nosotros en el tiempo.
Entonces,
¿cómo podemos saber qué hacían las mujeres en la Prehistoria?¿Cómo era su día a
día?
La Arqueología tiene la
clave. Es
necesaria una relectura de los restos materiales para cambiar esa imagen
falseada de la Prehistoria, tan asumida que por desgracia, pasa muchas veces
desapercibida.
Y
de eso se encarga la Arqueología Feminista y del Género, de hacer visibles a
las mujeres de la Prehistoria y situarlas donde les corresponde.
Para
ello contamos con tres fuentes de información muy importantes en una sociedad
donde todavía no existe la escritura: los enterramientos, los objetos y el
arte.
¿Qué datos podemos extraer
de los enterramientos, los objetos y el arte?
Al
excavar un enterramiento encontramos restos óseos del cuerpo del difunto.
dientes esqueletoSu estudio permite determinar sexo, edad, patologías y
enfermedades e incluso qué comían. En ocasiones van acompañados de objetos, el
ajuar funerario, que informa del menor o mayor poder, la categoría social que
tuvo en vida o a qué se dedicaba el individuo.
A
partir de aquí es posible analizar diferencias y similitudes entre hombres y
mujeres y establecer conclusiones basadas en el propio registro arqueológico.
Cuando
excavamos una cueva, un campamento o un poblado al aire libre identificamos
zonas de hábitat y de trabajo según los objetos encontrados.
Aunque
adscribirles un sexo es complicado, elementos tipo punzones y agujas de hueso,
recipientes cerámicos o instrumentos de piedra para cortar, pulir o golpear se
asocian a actividades como el tejido, el almacenaje y el procesado y cocinado
de alimentos, trabajos tradicionalmente relacionados con las mujeres y tan
importantes para la supervivencia del grupo como cualquier otra tarea. Se trata
de sacarlas a la luz y valorarlas como merecen.
Otro
de los testimonios más directos de las sociedades prehistóricas son sus
manifestaciones artísticas. Durante el Paleolítico Superior, cuando el modo de
vida todavía era cazador-recolector, la imagen femenina era la protagonista en
la iconografía y prueba de ello son las numerosas figuritas entre 30.000 y
20.000 años de antigüedad que se extienden desde Francia hasta Rusia.
venus
prehistoria
La
más conocida, la Venus de Willendorf. Habitualmente han sido interpretadas como
diosas-madre garantes de la fecundidad y la fertilidad, representadas con
grandes pechos, vientre y nalgas abultadas y la vulva indicada. Además de esta
clara imagen de mujer, en las cuevas se pintaron y grabaron siluetas
esquemáticas de cuerpos femeninos y vulvas que indiscutiblemente hacen
referencia al órgano sexual femenino. La abundante presencia femenina en el
arte paleolítico demuestra la importancia de la mujer como referente simbólico.
La
mujer durante el Neolítico
En
el Neolítico, cuando ya se desarrolla la agricultura y la ganadería, el modo de
vida cambia y también el arte. Desde Aragón hasta la costa oriental andaluza se
desarrolla en torno al IV milenio a.C. el arte rupestre Levantino en abrigos al
aire libre. Su grado de detalle nos permite identificar escenas de variadas
temáticas donde participan hombres, mujeres, niños y niñas, animales y objetos
de distinta naturaleza. Tradicionalmente se había definido como un arte
narrativo de cazadores donde las mujeres apenas se representaban.
arte y mujeres
¿Qué ocurría en el arte
Levantino? ¿Dónde estaban las mujeres?
Al
analizar con detenimiento las pinturas, las conclusiones cambian. Además de
escenas de caza y enfrentamientos bélicos, encontramos otras de danza y ocio,
agricultura y recolección, pastoreo y maternidad donde aparecen mujeres
¿Y
por qué sabemos que son mujeres?
Porque
se les representan los pechos y además, la mayoría visten faldas
¿Qué conclusiones podemos sacar de las mujeres en la
Prehistoria?
Enterramientos,
objetos y arte demuestran su presencia y su papel activo en la sociedad. Y
aunque la Arqueología evidencia una división sexual del trabajo debe entenderse
como una estrategia lógica para la supervivencia, al menos en una etapa tan
lejana en el tiempo como la Prehistoria, no como prueba de la superioridad de
un sexo sobre otro, como trata de justificarse desde el presente.
El
uso interesado de la Arqueología conduce a construcciones erróneas sobre el
pasado y en pleno siglo XXI disponemos de los recursos necesarios para generar
un conocimiento histórico lo más completo posible que debe incluir a la
considerada durante mucho tiempo “la otra parte de la humanidad”, las mujeres.
Y
como apunta Margarita Sánchez Romero, no
sólo es necesario reivindicar el papel de la mujer, sino también dar la
importancia que merecen las relaciones entre hombres y mujeres que son las que
articulan los procesos sociales, económicos, políticos, ideológicos y rituales
que no han sido considerados hasta el momento.
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